Las exigencias a un ferrocarril convencional aumentan con la altura sobre el nivel del mar:pendientes pronunciadas, radios cortos y, a menudo, menores distancias entre las vías. La superestructura está expuesta a notables fluctuaciones de temperatura y a una meteorología extrema, por lo que requiere frecuentes intervenciones urgentes, p.ej. por la caída de árboles o daños en la catenaria. El rendimiento que las máquinas tienen que ofrecer bajo estas duras condiciones también es excepcional. Para garantizar su funcionamiento en cualquier situación y clima, las equipamos para el entorno de trabajo correspondiente: con motores que necesitan menos oxígeno, dispositivos de precalentamiento, tracción reforzada, sistemas de freno adicionales y equipamientos quitanieves.