Inmediatamente después de la colocación de una vía nueva e igualmente tras un bateo o un desguarnecido, las piedras de balasto no están compactadas y, por ello, no se encuentran en una posición estable. Hasta 1973, sobre este tipo de vía los trenes debían circular a velocidades reducidas durante algún tiempo.
¿Por qué estabilizar y compactar?
Tras realizar obras en la vía como una conservación, un desguarnecido de balasto o una nueva colocación, una parte de las piedras de balasto no se encuentran en una posición ideal unas respecto a las otras. A menudo, las piedras de balasto únicamente se tocan en sus puntas y aristas. Por ello faltan la compactación y la estabilidad necesarias para un anclaje óptimo del emparrillado de la vía en el balasto.
Antiguamente, las piedras de balasto se recolocaban suficientemente gracias a las cargas ejercidas por la circulación de los trenes. Sin embargo, conseguir el denominado asentamiento inicial, implicaba el establecimiento de tramos de velocidad reducida. Además, este método no permitía alcanzar la calidad inicial de la vía que se logra en la actualidad, que proporciona una mayor durabilidad. Todo esto cambió con la estabilización dinámica de la vía.
¿Cómo se estabiliza y compacta eficientemente?
Los grupos de estabilización se presionan firmemente contra ambos carriles. Vibradores de masas excéntricas generan una vibración horizontal en dirección transversal a la vía. Esta vibración se transmite a la banqueta y provoca que las piedras de balasto se reordenen, prácticamente sin esfuerzo, en una estructura más compacta. El asentamiento del emparrillado resultante se controla a través de la carga vertical. La estabilización dinámica de vía realiza los asentamientos iniciales necesarios de manera dirigida y controlada. La reserva de calidad de la vía aumenta, la posición de la vía es más duradera. Además se eleva la resistencia lateral.