Grzegorz Pyrzyk y Daniel Baba llevan muchos años como maquinistas recorriendo Polonia. Grzegorz Pyrzyk ha pasado prácticamente toda su vida profesional con máquinas bateadoras: "Nada más entrar en la empresa, me pusieron a trabajar en una bateadora. La primera fue una MD 13 09, allá por 1984. Y aquí sigo, manejándolas hasta hoy, desde hace casi cuatro décadas."
Desde hace ya muchos años, Grzegorz Pyrzyk trabaja con una MD 07-32 (no 1942), que le impresiona ante todo por su sólida construcción: "Trabaja en condiciones realmente duras y es muy robusta. Esta máquina lleva funcionando 40 años y puede seguir haciéndolo otros 40 más. Su diseño y su electrónica son de muy alto nivel y la mayoría de las tarjetas originales siguen siendo funcionales."
En Polonia, las extremas condiciones meteorológicas son uno de los mayores retos para las máquinas y sus operarios, como bien sabe también Daniel Baba: "De vez en cuando cae una fuerte helada y la máquina no arranca o revienta alguna manguera hidráulica." Pero afortunadamente, él y su compañero tan solo se han visto una vez en una situación realmente peligrosa: "En 2002, hubo un incendio en la máquina. El sistema hidráulico prendió fuego durante unos instantes, pero por suerte lo pudimos apagar enseguida. Por lo demás, gracias a Dios, no ha habido ningún accidente en todos estos años." Grzegorz Pyrzyk está convencido de que en su oficio cuenta sobre todo una cosa - la experiencia: "Es claramente un trabajo de mucha responsabilidad, y no es fácil dominar esta tecnología. Si quieres ser un buen maquinista, tienes que trabajar con ella durante unos cuantos años."
También es fundamental el intercambio mutuo entre jóvenes y mayores. Así, para Daniel Baba resulta muy valioso poder beneficiarse de las décadas de experiencia de su colega de más edad: “Somos un equipo bastante compenetrado y los veteranos me enseñan cada día alguna cosilla sobre el buen funcionamiento de la máquina, así que cada día aprendo algo nuevo.”
“El intercambio y el diálogo son importantísimos. Y el hecho de que seamos francos los unos con los otros, porque, en realidad, pasamos juntos la mayor parte de nuestras vidas. Cuando estamos en ruta, muchas veces permanecemos fuera de casa durante toda una semana y convivimos en vagones. Por eso es imprescindible tener confianza entre todos y comprendernos mutuamente.”
Eso de estar a menudo y durante mucho tiempo lejos de su familia también le resulta un tanto difícil a Grzegorz Pyrzyk. Con todo, este apasionado maquinista ve su próxima jubilación con sentimientos encontrados. Le cuesta imaginarse la vida sin su MD 07-32: "Simplemente disfruto trabajando con la bateadora. Siento una verdadera pasión por ella, y el trabajo también es muy gratificante. Después de tantos años, uno se acaba casi encariñando con una máquina como ésta, seguramente eso sea la magia de las cosas inanimadas. Y con la edad, este vínculo se ha ido intensificado. Me costará mucho jubilarme."











